Hasta hace unos años, hablar de audiencias virtuales o de un “juicio digital” parecía ser solo un vaticinio de un futuro muy lejano. Pero, por diversas razones, este tipo de audiencias llegaron para satisfacer las necesidades del entorno de la Justicia Digital con mucha más anticipación de la que esperábamos.
En un mundo cada vez más digitalizado, la Justicia no puede mantenerse ajena a esta transformación.
De la misma forma en que las tecnologías de legaltech están revolucionando el trabajo de los profesionales del Derecho, la digitalización también se ha hecho presente en los Tribunales a través de nuevas prácticas y tecnologías que están facilitando el desarrollo de procesos judiciales a distancia.
Aunque, ciertamente, hay una amplia variedad de aplicaciones, soluciones y servicios digitales que brindan soporte a los procesos judiciales, las audiencias virtuales son un claro ejemplo de este avance.
Así que, tanto en causas civiles o penales, esta práctica ha permitido mantener la continuidad de la administración de Justicia en México y en toda América Latina durante situaciones extraordinarias, como la pandemia global de COVID-19.
¿Cuál ha sido el impacto y cómo ha cambiado el entorno de la Justicia con las audiencias virtuales? Analicemos este tema en detalle…
¿Qué es una audiencia virtual?
De forma tradicional, una audiencia es un acto procesal a través del cual las partes interesadas en un proceso judicial presentan oralmente ante un juez o Tribunal todos los detalles de una querella, disputa o acusación.
Su principal propósito es establecer responsabilidades, demandar la subsanación de un daño o castigar un delito, de acuerdo con las normas y leyes vigentes.
En el caso de las audiencias virtuales, queda entendido que las mismas se llevan a cabo de manera remota, utilizando plataformas y herramientas tecnológicas que permiten la comunicación y participación de las partes involucradas en un proceso judicial.
Así, a través de videoconferencias, se logra establecer una conexión en tiempo real entre los diferentes actores del caso, como los abogados, jueces, fiscales, testigos y demás personas relacionadas.
Asimismo, recientemente un Tribunal colombiano celebró la primera audiencia en el Metaverso a través de gafas de realidad virtual, dando un paso más en la evolución de las audiencias digitales.
Características de las audiencias virtuales
Una audiencia digital presenta características particulares que las distinguen de las audiencias tradicionales presenciales.
En primer lugar, la ubicación geográfica deja de ser un impedimento, ya que las partes involucradas pueden participar desde cualquier sitio, siempre y cuando tengan acceso a internet y a las herramientas necesarias.
Las tecnologías digitales permiten que cualquiera de las partes tenga acceso autorizado remoto, bien sea a través de videollamadas o conexión telefónica. Siempre que se haga la correspondiente verificación de identidad.
Además, las audiencias virtuales posibilitan la grabación de las sesiones, lo que resulta en una documentación más precisa y detallada de los procedimientos judiciales, teniendo la opción de ser incorporadas de forma directa al expediente digital del caso.
Esto es especialmente útil en casos en los que es necesario revisar la información presentada durante la audiencia en etapas posteriores del proceso. Sin embargo, el procedimiento estará además respaldado por un acta, donde se recogen todas las incidencias que pueden tener lugar en las audiencias virtuales.
El impacto de las audiencias virtuales en la Justicia de la actualidad
No caben dudas que las audiencias digitales han tenido un impacto significativo en el entorno de Justicia actual. En primer lugar, han permitido mantener la continuidad de los procesos judiciales en situaciones de crisis, garantizando el acceso a los servicios y evitando retrasos procesales durante la pandemia de COVID-19.
El éxito de su implementación ha sido tal, que muchos países han empleado el sistema de audiencias digitales entre las opciones ordinarias para la administración de Justicia, aun habiendo terminado la crisis sanitaria global. Específicamente, cuando a solicitud de las partes exista algún impedimento para comparecer ante el órgano competente.
Por otro lado, la celeridad procesal de un juicio digital ha dado pie a la pronta resolución de conflictos y disputas menores, disminuyendo la carga administrativa y optimizando los recursos destinados a la celebración de audiencias dentro del Sistema de Justicia tradicional.
Sin embargo, la transformación tecnológica también ha traído algunos desafíos y dificultades a la hora de implementar los sistemas de audiencias virtuales, lo cual genera cierto grado de incertidumbre en cuanto a su uso masivo.
Desafíos en la implementación de las audiencias virtuales
Uno de los más grandes desafíos consiste en garantizar la seguridad y confidencialidad de la información compartida durante las audiencias. Esto implica implementar medidas de protección de datos y garantizar que las conexiones sean seguras y no susceptibles a intercepciones o hackeos.
Desde el punto de vista operativo, se requiere una interesante inversión en infraestructura tecnológica y la capacitación de los profesionales del Derecho en el uso de herramientas digitales. Esto, como aspecto clave para lograr una Justicia moderna y acorde a las necesidades de la sociedad actual.
Otra condición desafiante está relacionada con garantizar la igualdad de condiciones para todas las partes involucradas. Específicamente sobre el acceso a la tecnología necesaria y a una conexión estable a internet para poder participar plenamente en la audiencia.
Además, es necesario asegurar que las plataformas utilizadas sean accesibles para personas con discapacidades, garantizando así la igualdad de oportunidades. Por último, cabe mencionar que en algunos países todavía existe una falta de legislación sobre la implementación de tecnologías más novedosas como la Inteligencia Artificial y el metaverso.
Audiencias virtuales, llegaron para quedarse
Una aseveración que parece tomar más fuerza es que las audiencias digitales han demostrado ser una solución efectiva y eficiente en muchos casos. Pues, la posibilidad de llevar a cabo un juicio virtual ha reducido el tiempo asociado al desplazamiento físico, los costos y uso de otros recursos, lo cual beneficia tanto a los usuarios del Sistema de Justicia como a los propios Tribunales.
La implementación de audiencias virtuales ha otorgado flexibilidad a la gestión de los casos. Los Tribunales pueden programar procedimientos con mayor facilidad, teniendo en cuenta la disponibilidad de las partes y evitando conflictos de agenda. Esto contribuye a una administración de Justicia más ágil y eficiente.
En conclusión, las audiencias virtuales han cambiado el entorno de Justicia de manera significativa. En conjunto con la digitalización de los procesos institucionales y judiciales, es una tendencia inevitable en el nuevo escenario tecnológico en el que nos encontramos.
Muchas de sus ventajas están aún por consolidarse, mientras que su capacidad para mantener la continuidad de los procesos judiciales en situaciones extraordinarias se muestra como la bandera de su éxito. En definitiva, son claros los beneficios en términos de eficiencia, accesibilidad y flexibilidad.
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