La Justicia ha dado grandes pasos en innovar dentro de su ecosistema y uno de los más grandes es la adopción del expediente digital. Además de posibilitar más agilidad en las tareas, el trabajo de los jueces se optimiza mucho más.
Una investigación realizada por la Fundación Getúlio Vargas (FGV) junto al Consejo Nacional de Justicia de Brasil (CNJ), en 2019, muestra que más de 4 millones de expedientes se tramitan en – por lo menos – 2,2 mil instituciones judiciales en Brasil. De estos, menos del 25% de los expedientes digitales duran más de 4 años. Con los expedientes en papel, por el contrario, 50% de ellos sobrepasan los 4 años de duración.
Esos números comprueban que el expediente digital ha ayudado a la Justicia en el cumplimiento de sus deberes con el ciudadano de forma cada vez más eficaz. En un momento en el que todas las actividades han sufrido cambios por la pandemia, la Justicia sigue con su misión esencial de garantizar los derechos de los ciudadanos.
Las instituciones que usan el expediente digital han logrado mejores resultados durante la cuarentena. Aunque todos los profesionales de la Justicia trabajen desde sus casas, los servicios enfocados en la población siguen en marcha.
La prueba de que la tecnología permite que cualquier institución sea digital es que el ente judicial más grande del mundo, el Tribunal de Justicia de São Paulo (TJSP), se beneficia del expediente digital desde 2015, cuando implementó una tecnología integrada en todos los 331 distritos judiciales del Estado. Con el apoyo de la tecnología y del trámite digital, este Tribunal ha operado con seguridad y disponibilidad durante toda la cuarentena.
Resultados de una Justicia más ágil
De acuerdo con la investigación realizada en conjunto por el CNJ y la FGV, hay una reducción del 48% en el tiempo de trámite con el uso de tecnologías adecuadas para la gestión de procesos. Mientras los expedientes en papel permanecen parados en la secretaría durante un promedio de 144 días, los expedientes digitales lo hacen por un promedio de 97 días.
Un ejemplo de los beneficios del expediente digital ocurrió en 2015, en una sentencia pronunciada en solo nueve días por la Justicia de São Paulo. El caso, bastante complejo, involucraba la salud de un bebé de ocho meses. El Tribunal de Justicia de São Paulo reconoció que el plazo entre el reparto y el fallo fue el más corto que se ha tramitado en primera instancia hasta hoy.
Con este ejemplo y los análisis de la investigación, es evidente que el expediente digital en la Justicia reduce el tiempo para que los Jueces dicten fallos en expedientes concluidos. Ese indicador ayuda a derrumbar el mito de que la tecnología en las jurisdicciones generaría cierta resistencia por parte de los jueces, ya que esos profesionales afirman que pueden ser más productivos, eficientes y ágiles en sus funciones.
Aunque existan retos, los beneficios del expediente digital sobresalen. Los resultados de la investigación muestran que la expansión de la modernización de la Rama Judicial es posible y deseada por parte de los profesionales. La tecnología alcanza la misión de ofrecer servicios más eficientes y transparentes.