El metaverso promete hacer que la realidad sea virtual permitiéndonos movernos en línea de una manera más holística. Los Horizon Workrooms de Facebook, monedas, activos e incluso arte virtual son algunos ejemplos.
Y ese cambio no solo ocurrirá en términos de cómo trabajamos y vivimos, sino también en cómo funciona la ley.
Acompáñanos a profundizar en el metaverso y sus posibles implicaciones en el universo jurídico.
¿Qué es el metaverso?
Con noticias importantes como el cambio de marca de Facebook a Meta, la popularidad de Fortnite y su mundo virtual inmersivo, y réplicas digitales de lugares de la vida real como galerías de arte en Decentraland, el metaverso se está convirtiendo en lo más nuevo.
El término «Metaverso» existe desde hace algunos años y fue acuñado por el autor Neal Stephenson en su novela Snow Crash (1992). Según la novela, este concepto es un universo digital que lo abarca todo y que es paralelo al mundo real. Sin embargo, esto puede diferir del que se está desarrollando actualmente.
Esencialmente, el metaverso es una versión tridimensional de Internet y la informática. Las personas pueden disfrutar de una vida digital junto con su vida real en el mundo físico; todos los usuarios de este mundo virtual tendrán un avatar y podrán interactuar entre sí a través de avatares.
Una iteración similar en el mundo real es el juego Second Life, que utiliza simulaciones para permitir a los usuarios experimentar la realidad virtual a través de su avatar elegido. No obstante, esto sigue mucho más allá.
Y es justamente en este punto donde entra la actividad legal: las tierras o «lands», avatares, y cualquier otro bien digital. En este mundo digital, todos podemos comprar bienes, los cuales tienen un registro jurídico detrás debido a que la propiedad se traspasa a través de contratos inteligentes o «smart contracts» en una red de blockchain (cadena de bloques).
Finalmente, metaverso es interactivo, inmersivo e hiperrealista, e incluye activos digitales en blockchain. Aquí es donde radica la importancia del proceso legal en el ámbito virtual.
¿Por qué ahora? ¿Qué está desencadenando este nuevo mundo digital?
El metaverso, o «web 3.0», se está desarrollando, pero ¿qué nos trajo hasta aquí? Vamos a explicar su desarrollo punto a punto.
- Primero vino la capa uno, el blockchain: es una base de datos inmutable para almacenar información, que se expandió en conjunto con la proliferación de criptomonedas.
- Tokenización de activos: es un concepto seminal y significa que cualquier cosa física, o más importante en este caso, digital, puede probarse y tiene autoridad a través de un código en un libro mayor inmutable.
- La última manifestación de esta representación autenticada de propiedad son los NFT (tokens no fungibles), y su popularidad es la pendiente resbaladiza del metaverso. Inicialmente, la gente está comprando arte digital.
Al construir el metaverso, el arte se exhibirá en las paredes de las casas. Sin embargo, los activos que viven en contratos inteligentes en la cadena de bloques representan todos los activos; se han tokenizado casas, oficinas, terrenos e incluso ropa de diseñador de este mundo, representada legalmente por escrituras, contratos y arrendamientos.
Esto significa que puede comprar terrenos, casas y otros objetos digitales en una plataforma como OpenSea, para demostrar que es el propietario. Ese valor crea un efecto de red, que permite interacciones dentro de un ecosistema, y por lo tanto nace un nuevo metaverso (mundo).
Toda la propiedad de activos, tanto digital como físicamente, podría transferirse a un NFT en blockchains. Luego, todas estas piezas críticas se colocan en capas sobre una plataforma de animación: el espacio real dentro de los auriculares, que ha estado con nosotros durante muchos años.
Entonces, ¿qué debe tener en cuenta el ámbito legal en todo esto?
Es la tokenización de activos lo que hace que este cambio de paradigma sea más fundamental. Los abogados transaccionales deben tener cuidado, y los litigantes deben sentir que se les abren los ojos ante las posibilidades que se avecinan.
Los espacios virtuales que se están desarrollando tienen ciudades en las que se puede comprar casi de todo:
- terreno, sobre el cual se pueden construir «casas»;
- equipar esta casa con obras de arte (a través de NFT);
- atuendos, son trajes verificables de, por ejemplo, Ralph Lauren con zapatos Nike;
- conciertos, que requiere un boleto (otro NFT);
Asimismo, la música posterior que desea comprar también se guarda digitalmente y tiene derechos de autor. Una vez más, todo esto se compra a empresas que subrayan la propiedad de NFT.
En el metaverso, las personas interactuarán, realizarán transacciones, poseerán activos, tendrán relaciones, construirán cosas y empresas, crearán propiedad intelectual (PI), tendrán problemas de derechos de autor y publicidad.
Además, pueden ocurrir delitos, es probable que se desarrollen seguros y evolucionará una gran cantidad de otros conceptos de IRL (en la vida real) que ahora todos requieren, y que demandarán la participación de profesionales legales.
Sin mencionar la escala de DeFi (Finanzas Descentralizadas), que ya comenzó y continuará aumentando. Claramente, este es un mercado floreciente.
Estos son los cambios que el ámbito legal no puede perder de vista
A continuación, vamos a explicar los más resaltantes que no pueden pasar desapercibidos en el ámbito jurídico.
Blockchain: medio por excelencia para la transferencia de activos
La cadena de bloques está configurada para convertirse en la forma predeterminada en la que se transfieren y poseen los activos digitales.
En este caso, los legisladores mundiales deben atender a varias circunstancias para darle una solidez legal, incluyendo:
- si la propiedad está determinada por el registro de un activo en la cadena de bloques, ¿las buenas teorías legales de propiedad (incluidos los fideicomisos y los beneficiarios reales) tendrán algún papel que desempeñar en esta construcción?
- legislar sobre los testamentos de activos digitales en la cadena de bloques;
- determinar actos para rastrear y recuperar activos digitales.
No obstante, la respuesta puede no estar en la ley per se, sino en la seguridad de la cadena de bloques.
Recolección y protección de datos personales
La recopilación, el procesamiento y la privacidad de los datos también serán difíciles de administrar en el metaverso. En la actualidad, las regulaciones específicas como, por ejemplo, el Reglamento General de Protección de Datos europea y otras normativas a nivel mundial pueden diferir según los diferentes países, pero el consentimiento es clave.
Quizás, el futuro del «consentimiento» se parecerá mucho más a las solicitudes en nuestros dispositivos móviles para permitir que una aplicación rastree continuamente la actividad en otra.
Esto se debe a que el metaverso está destinado a ser una existencia inmersiva continua, y buscar el consentimiento cada vez que participa en una actividad parece poco práctico.
La capacidad de controlar y seleccionar los datos que se recopilan una vez que se otorga el consentimiento probablemente no tenga sentido. Y cuanto más personalizada quiera el usuario que sea su experiencia, más datos se recopilarán, procesarán y compartirán con otros operadores sin un consentimiento específico.
¿Qué hay en el horizonte a medida que avanza el metaverso?
Las DAO (Organizaciones Autónomas Descentralizadas) son entidades que han sido construidas por humanos, y es un ejemplo de lo que se avecina.
Las implicaciones del metaverso para la comunidad legal y dentro de la comunidad reguladora, así como cualquier otra faceta, son enormes.
Si bien este espacio se está construyendo, aún es temprano. En el transcurso de los próximos años, el metaverso y todas sus implicaciones pasarán de ser marginales a un escenario más importante para que los abogados lo contemplen y eventualmente lo aborden.
¿Cómo las Instituciones de Justicia deberán ajustarse a este nuevo mercado?
Si el metaverso se consolida en el ámbito legal, gran parte de la tecnología y las legaltechs que están ganando terreno en la ley del mundo real podría aprovecharse en esta nueva era.
Esto puede incluir realidad virtual (VR) y realidad aumentada (AR) para escenarios delictivos y sesiones judiciales o reuniones virtuales para temas delicados como negociaciones de contratos, fusiones y adquisiciones y litigios.
La ley también tiende a estar un paso por detrás de la tecnología debido a que esta última se mueve rápidamente y la ley reacciona ante ella.
Hay implicaciones legales en el metaverso, algunas conocidas como, por ejemplo, transacciones fraudulentas, datos comprometidos, invasión de la privacidad, espacios no regulados y más.
En este sentido, las Instituciones de Justicia deberán migrar al flujo de trabajo digital con sistemas de gestión y automatización debido a que estos proveedores, como el SAJ, se mantienen al tanto de las nuevas tendencias y podrán ajustar sus softwares para lo que se avecina.
El futuro de los departamentos jurídicos y el metaverso
Los expertos tienen muchas ideas sobre qué es el metaverso y qué podría ser, pero nadie sabe realmente en qué se convertirá completamente, todavía.
A medida que más usuarios y empresas ingresen en este nuevo espacio virtual y lo incorporen a su mundo real y digital, el metaverso evolucionará y se expandirá. Con eso vendrá un aumento en los problemas legales y regulatorios.
Como resultado, los ciudadanos se beneficiarán enormemente de las firmas de abogados y departamentos jurídicos que ya tienen una base sólida.
Y es que los departamentos jurídicos deben ir a la par del uso de nuevas tecnologías, y en este contenido explicamos las ventajas de hacerlo: